• Tres años atrás, cuando el famoso volcán islandés hizo erupción, sus cenizas taparon con más de 30 cm de espesor las inmensas extensiones del latifundio del Presidente Director General Richard John Goldsilver, dejándolo al borde de la bancarrota. Más de uno pensó que era el fin de su imperio, pero no contaban con la sagaz perspicacia y habilidad para los negocios del empresario. A este se le ocurrió envasar la ceniza y venderla como producto de alta calidad para pulir metales y también, mezclándola con aceite de almendras, creó una eficaz crema tonificante para la piel y la eliminación de arrugas. A raíz de eso su fortuna quintuplicó. Es más, ahora está ansioso esperando la próxima erupción.
  • Chris era un tipo feliz, sin lugar a dudas, un triunfador. “¡El éxito sonríe a los exitosos!”, solía decirse a sí mismo. Su agenda de trabajo estaba siempre a tope. Cuando no estaba de viaje de negocios, se encontraba en su oficina dando órdenes, hablando con su móvil, enviando mensajes y e-mails o comprando y vendiendo acciones. Un hiperactivo. Cuando viajaba en avión lo hacía siempre en business class y gozaba de su estatus de VIP. Sólo usaba zapatos italianos a medida, trajes de paño inglés y camisas de la mejor calidad. Dormía tan sólo 4 horas por día, soñaba con la bolsa de valores y las stock-options. Se veía como el futuro director general de la empresa, hasta que un día… un ataque de estrés y una terrible crisis de nervios lo llevaron a replantearse su vida. Se compró una cabaña en la montaña, una hamaca para dos y de vez en cuando se dedica a cazar mariposas. Chris es realmente feliz.
  • Mi hermano me decía que con mi timidez nunca lograría tener novia …Pensar que ahora que soy experto en computadoras tengo más de 8000 amigos virtuales, de los cuales 6000 son mujeres y entre ellas hay unas 2500 con las que ya he vivido un apasionado “ciber-amor”. No hay como estar enamorado, uno siente como si el disco duro te latiera a una intensidad de 800mA y tu cerebro fuese un Pen Drive 2.0 64 Go. Si, así es… ¡Siempre fui un romántico Web 3.0! Fabricadas en resina de poliuretano.
  • Sin stock
    A Juan Teruggi, de pequeño, le encantaba ayudar a su abuela, especialmente cuando preparaba pasteles, limpiando con su lengua la cuchara embadurnada de masa. Siempre supo que sería cocinero, pero no cualquier cocinero, él sería “Master Chef”. Luego de años de estudio en las más destacadas escuelas de restauración, llegó el día del examen final. El jurado le pidió que hiciera… ¡un huevo frito! Sin mostrar asombro frente a tan inesperada demanda, con aires de superioridad y ademanes de bailarín clásico, calentó aceite de oliva y mantequilla. Rompió un huevo fresco, separó la clara y la puso a cocinar. La saló y pimentó, un minuto después depositó con maestría la yema en el centro. Dos minutos más tarde retiró la sartén del fuego, sirvió el huevo sobre un amplio plato de porcelana, decoró con dos ramitas de ciboulette y salpicó el borde con un toque de paprika para dar color. Girando, con gesto grandilocuente mientras hacía una reverencia, lo presentó a los examinadores. Todo hubiera sido un gran éxito de no ser porque el huevo, al deslizarse del plato, fue a parar debajo de la mesa del jurado.
  • Después de haber visto durante su infancia “The Lucille Ball Show”, Pipo Saulle se ha vuelto teleadicto. Mira todas las series y novelas que pasan en la tele. Para él, el telemando es el mejor invento después de la pequeña pantalla. No deja de hacer zapping ni un instante, le fascina. Está al tanto de todos los chismes de la farándula. Conoce los anuncios de memoria y puede adivinar la marca del producto antes de que ésta aparezca en la pantalla, en este juego es imbatible. Cuando gana, levanta los brazos al cielo haciendo la V de la victoria mientras da vueltas alrededor de la mesita gritando: ¡gaaa-né, gaaa-né!. Su otra pasión son los pop corn y las hamburguesas que alterna con enormes tragos de cerveza helada. ¡Ah! ¡Qué fantástica es la vida! Si no tuviera que ir a trabajar, se sentiría en el paraíso.
  • Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium
  • Figura de Pintor

    157.78 
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  • Al acusado se le imputaba un ataque a mano armada y el robo de dos gallinas y seis huevos. A pesar de que cuatro testigos declararon en su contra y de que se encontraron cientos de plumas en su casa, una cacerola con huesos de pollo y restos de tortilla en una vieja sartén, el ilustre abogado Mario Laus, tras un elocuente alegato, logró persuadir al jurado de la inocencia de su defendido y convencerlo de que el verdadero culpable era la sociedad. El detenido fue liberado ipso facto bajo una salva de aplausos provenientes del público que gritaba: "¡ Otra, otra!", lo que obligó al prestigioso magistrado a salir en numerosas ocasiones a saludar a la enfervorizada concurrencia.
  • En el Hospital de Rosario todo el personal masculino sufría de tortícolis. La dirección de la entidad decidió entonces realizar una minuciosa investigación y logró descubrir que la causa era el meneo de caderas de la Doctora Evangelina González, que con sus amplios escotes y vestidos ceñidos al cuerpo hacía torcer el cuello a todo el personal masculino, salvo a Toni, el enfermero, cuyo gusto por el sexo opuesto era toda una utopía. Las autoridades después de haber sugerido a la doctora más recato en su sugestivo andar y de que ésta hiciera caso omiso de ello, decidieron trasladarla a otra unidad. A los quince días no hubo más casos de tortícolis, tampoco médicos ni pacientes pues todos habían seguido a la doctora. El único que conservó su puesto fue Toni.
  • Figura de Juez

    249.00 

    “¡Su señoría, no puede usted condenar a un año de prisión a este pobre hombre por el robo de un caldo de gallina!” dijo el abogado defensor.

    “No, es verdad” contestó el Juez, “pero una vez que robó el caldo de gallina no tenía necesidad de pegarle con una botella de aceite a la anciana que lo había visto, ni de incendiar la estantería de sopas para eliminar sus huellas digitales, ni de secuestrar al vendedor del súper para tratar de huir y sobre todo no tenía ninguna necesidad de obligarlo a que se tragara el cubo de caldo para hacer desaparecer la prueba del delito…¡Si al menos le hubiera sacado la cajita!

  • En el Hospital de Rosario todo el personal masculino sufría de tortícolis. La dirección de la entidad decidió entonces realizar una minuciosa investigación y logró descubrir que la causa era el meneo de caderas de la Doctora Evangelina González, que con sus amplios escotes y vestidos ceñidos al cuerpo hacía torcer el cuello a todo el personal masculino, salvo a Toni, el enfermero, cuyo gusto por el sexo opuesto era toda una utopía. Las autoridades después de haber sugerido a la doctora más recato en su sugestivo andar y de que ésta hiciera caso omiso de ello, decidieron trasladarla a otra unidad. A los quince días no hubo más casos de tortícolis, tampoco médicos ni pacientes pues todos habían seguido a la doctora. El único que conservó su puesto fue Toni.
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    Por tercera vez en el día, el Director del Colegio “Sagrado Corazón” vino de visita a la clase de la señorita Liliana Pérez, la maestra más atractiva de la escuela. Otra vez más los alumnos, poniéndose de pie y a todo pulmón, saludaron al señor director: “¡Buenos días, señor Director!”. “Está bien, está bien, ya es suficiente”, dijo este un poco molesto. “No… es que pasaba por el pasillo y pensé que podía necesitar algo. ¿No le hace falta una tiza, una chincheta, un tubito de cola?”. “No, gracias…muy amable de su parte”, contestó un poco ruborizada la joven. “Bueno, cualquier cosita que necesite, señorita Liliana, no dude en llamarme, ¿eh?”, dijo el director mientras salía de la clase. “¡Hasta luego, señor Director!”, gritaron los alumnos levantándose y haciendo caer algunos libros. “¡Bueno, bueno, está bien, está bien… basta de saludos!”, dijo el director un poco molesto mientras desaparecía por el pasillo.
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  • El mundo de la judicatura inspiró siempre al artista creador de la litografía en la que se inspira esta figura, Honoré Daumier. Jueces y abogados aparecen, muchas veces, como payasos o comediantes haciendo bromas entre sí sobre el pobre defendido de turno. Especialmente memorable es la situación que representa esta figura en la que un pomposo y estirado picapleitos, Robert Mcaire, comenta a su encogido y humilde defendido: "Habéis perdido el caso, es verdad... pero seguro que habéis disfrutado la defensa que os he hecho".
  • Honoré Daumier estaba familiarizado con el mundo de la profesión de Notario porque durante su juventud trabajó como empleado en el despacho de un abogado. Las zapatillas y el largo traje lujosamente adornado eran típicos de los notarios parisinos de la época, sedientos de dinero en aquellos días. Esta figura es una adaptación de uno de los estudios litográficos de Daumier de diferentes profesiones en la Francia del S. XIX. Cargado de sátira, se burla del Notario por su avaricia en un tiempo difícil para el proletariado francés. Forma parte de la Colección Movseion Parastone de adaptaciones en escultura de las famosas litografías del artista.  
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