• Mi hermano me decía que con mi timidez nunca lograría tener novia …Pensar que ahora que soy experto en computadoras tengo más de 8000 amigos virtuales, de los cuales 6000 son mujeres y entre ellas hay unas 2500 con las que ya he vivido un apasionado “ciber-amor”. No hay como estar enamorado, uno siente como si el disco duro te latiera a una intensidad de 800mA y tu cerebro fuese un Pen Drive 2.0 64 Go. Si, así es… ¡Siempre fui un romántico Web 3.0! Fabricadas en resina de poliuretano.
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    A Juan Teruggi, de pequeño, le encantaba ayudar a su abuela, especialmente cuando preparaba pasteles, limpiando con su lengua la cuchara embadurnada de masa. Siempre supo que sería cocinero, pero no cualquier cocinero, él sería “Master Chef”. Luego de años de estudio en las más destacadas escuelas de restauración, llegó el día del examen final. El jurado le pidió que hiciera… ¡un huevo frito! Sin mostrar asombro frente a tan inesperada demanda, con aires de superioridad y ademanes de bailarín clásico, calentó aceite de oliva y mantequilla. Rompió un huevo fresco, separó la clara y la puso a cocinar. La saló y pimentó, un minuto después depositó con maestría la yema en el centro. Dos minutos más tarde retiró la sartén del fuego, sirvió el huevo sobre un amplio plato de porcelana, decoró con dos ramitas de ciboulette y salpicó el borde con un toque de paprika para dar color. Girando, con gesto grandilocuente mientras hacía una reverencia, lo presentó a los examinadores. Todo hubiera sido un gran éxito de no ser porque el huevo, al deslizarse del plato, fue a parar debajo de la mesa del jurado.
  • Después de haber visto durante su infancia “The Lucille Ball Show”, Pipo Saulle se ha vuelto teleadicto. Mira todas las series y novelas que pasan en la tele. Para él, el telemando es el mejor invento después de la pequeña pantalla. No deja de hacer zapping ni un instante, le fascina. Está al tanto de todos los chismes de la farándula. Conoce los anuncios de memoria y puede adivinar la marca del producto antes de que ésta aparezca en la pantalla, en este juego es imbatible. Cuando gana, levanta los brazos al cielo haciendo la V de la victoria mientras da vueltas alrededor de la mesita gritando: ¡gaaa-né, gaaa-né!. Su otra pasión son los pop corn y las hamburguesas que alterna con enormes tragos de cerveza helada. ¡Ah! ¡Qué fantástica es la vida! Si no tuviera que ir a trabajar, se sentiría en el paraíso.
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    En el salón de peinados “Crazy Hair” predominan las tendencias más innovadoras y conceptuales del momento. El maître estilista Rossano Alessandro creó un fortificante para el cabello a base de algas del mar Rojo mezcladas con orín de castor, ajo púrpura de China, caviar del mar Caspio y camembert de Normandía. A las clientas les encanta estar a la moda y dan cualquier cosa por una sesión de este tonificante capilar. La experiencia es alucinante, se quedan horas charlando mientras el magnífico ungüento hace su efecto. La fragancia que exhalan recuerda el esplendor de la corte de Versalles y los nobles efluvios que daban categoría y distinción al lugar. Eso sí, a veces se hace un poco difícil espantar las moscas.
  • Figura de Piloto

    319.00 
    Cada vez que el Comandante de a bordo Antonin Eyssette solicitaba algo, las azafatas se desvivían por complacerlo. Todas sucumbían al encanto de su personalidad, de su físico privilegiado y de sus dientes perfectos. Era capaz de hacer dos vuelos de larga distancia sin descansar y siempre fresco como una lechuguita. El único problema era que sus extremidades inferiores despedían un fuerte y penetrante olor a camembert. Eso a él no le afectaba en absoluto. Es más, cuando ponía el piloto automático, le encantaba quitarse los zapatos, colocar las piernas sobre el tablero y mover con placer los dedos de los pies diciendo: “¡Esto es vida! Mientras tanto, su copiloto, conteniendo una arcada, preparaba delicadamente la bolsita de mareo que siempre sabía tener al alcance de la mano.
  • Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium  
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  • Al acusado se le imputaba un ataque a mano armada y el robo de dos gallinas y seis huevos. A pesar de que cuatro testigos declararon en su contra y de que se encontraron cientos de plumas en su casa, una cacerola con huesos de pollo y restos de tortilla en una vieja sartén, el ilustre abogado Mario Laus, tras un elocuente alegato, logró persuadir al jurado de la inocencia de su defendido y convencerlo de que el verdadero culpable era la sociedad. El detenido fue liberado ipso facto bajo una salva de aplausos provenientes del público que gritaba: "¡ Otra, otra!", lo que obligó al prestigioso magistrado a salir en numerosas ocasiones a saludar a la enfervorizada concurrencia.
  • En el Hospital de Rosario todo el personal masculino sufría de tortícolis. La dirección de la entidad decidió entonces realizar una minuciosa investigación y logró descubrir que la causa era el meneo de caderas de la Doctora Evangelina González, que con sus amplios escotes y vestidos ceñidos al cuerpo hacía torcer el cuello a todo el personal masculino, salvo a Toni, el enfermero, cuyo gusto por el sexo opuesto era toda una utopía. Las autoridades después de haber sugerido a la doctora más recato en su sugestivo andar y de que ésta hiciera caso omiso de ello, decidieron trasladarla a otra unidad. A los quince días no hubo más casos de tortícolis, tampoco médicos ni pacientes pues todos habían seguido a la doctora. El único que conservó su puesto fue Toni.
  • Figura de Juez

    249.00 

    “¡Su señoría, no puede usted condenar a un año de prisión a este pobre hombre por el robo de un caldo de gallina!” dijo el abogado defensor.

    “No, es verdad” contestó el Juez, “pero una vez que robó el caldo de gallina no tenía necesidad de pegarle con una botella de aceite a la anciana que lo había visto, ni de incendiar la estantería de sopas para eliminar sus huellas digitales, ni de secuestrar al vendedor del súper para tratar de huir y sobre todo no tenía ninguna necesidad de obligarlo a que se tragara el cubo de caldo para hacer desaparecer la prueba del delito…¡Si al menos le hubiera sacado la cajita!

  • En el Hospital de Rosario todo el personal masculino sufría de tortícolis. La dirección de la entidad decidió entonces realizar una minuciosa investigación y logró descubrir que la causa era el meneo de caderas de la Doctora Evangelina González, que con sus amplios escotes y vestidos ceñidos al cuerpo hacía torcer el cuello a todo el personal masculino, salvo a Toni, el enfermero, cuyo gusto por el sexo opuesto era toda una utopía. Las autoridades después de haber sugerido a la doctora más recato en su sugestivo andar y de que ésta hiciera caso omiso de ello, decidieron trasladarla a otra unidad. A los quince días no hubo más casos de tortícolis, tampoco médicos ni pacientes pues todos habían seguido a la doctora. El único que conservó su puesto fue Toni.
  • Sin stock
    Por tercera vez en el día, el Director del Colegio “Sagrado Corazón” vino de visita a la clase de la señorita Liliana Pérez, la maestra más atractiva de la escuela. Otra vez más los alumnos, poniéndose de pie y a todo pulmón, saludaron al señor director: “¡Buenos días, señor Director!”. “Está bien, está bien, ya es suficiente”, dijo este un poco molesto. “No… es que pasaba por el pasillo y pensé que podía necesitar algo. ¿No le hace falta una tiza, una chincheta, un tubito de cola?”. “No, gracias…muy amable de su parte”, contestó un poco ruborizada la joven. “Bueno, cualquier cosita que necesite, señorita Liliana, no dude en llamarme, ¿eh?”, dijo el director mientras salía de la clase. “¡Hasta luego, señor Director!”, gritaron los alumnos levantándose y haciendo caer algunos libros. “¡Bueno, bueno, está bien, está bien… basta de saludos!”, dijo el director un poco molesto mientras desaparecía por el pasillo.
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  • Figura de Pintor

    157.78 
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  • Al acusado se le imputaba un ataque a mano armada y el robo de dos gallinas y seis huevos. A pesar de que cuatro testigos declararon en su contra y de que se encontraron cientos de plumas en su casa, una cacerola con huesos de pollo y restos de tortilla en una vieja sartén, el ilustre abogado Mario Laus, tras un elocuente alegato, logró persuadir al jurado de la inocencia de su defendido y convencerlo de que el verdadero culpable era la sociedad. El detenido fue liberado ipso facto bajo una salva de aplausos provenientes del público que gritaba: "¡ Otra, otra!", lo que obligó al prestigioso magistrado a salir en numerosas ocasiones a saludar a la enfervorizada concurrencia.
  • Figura de Doctor

    319.00 
    El doctor José Batle era una eminencia. Sus diagnósticos, siempre acertados, habían salvado la vida a cientos de personas y le habían granjeado la admiración de la alta sociedad. Todo le sonreía en la vida hasta el día en el que llegó a su consultorio la actriz más famosa de Hollywood, la despampanante Marilyn Hayworth, que había sufrido una torcedura del dedo meñique. El doctor Batle hizo desvestir inmediatamente a la paciente para asegurarse de que no tenía secuelas en ninguna otra parte del cuerpo. Luego de un profundo y minucioso examen, comprobó… que se había enamorado profundamente de ella. La diva agradeció las atenciones prestadas y salió del consultorio dejando en el aire un sugestivo perfume de camelias. Desde ese día, el doctor Batle no hace más que pensar en la gran Marilyn y esperar que se tuerza otro dedo para poder practicarle un nuevo examen, más profundo todavía.

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