• Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium
  • Sin stock
    Luis odiaba las recetas. Tratar de descifrar la incomprensible letra de los médicos lo ponía sumamente nervioso. “Dos comprim… no, dos frascos por día… no, no, dos… ¡Pero qué cuernos dice esta maldita receta! A ver, me tengo que tranquilizar… respirar profundamente como me explicó mi profesor de yoga, entrecerrar los ojos, acordarme de mis estudios de pictogramas y jeroglíficos Maya y sobre todo no ponerme nervioso. Acá me parece que dice algo que termina en tricnina, no, en xiline… ¡Pero dónde aprendió a escribir este salvaje! Media cucharadita de Mnncbli…, no Mencbli… ¡Quién me mandaría estudiar farmacia! Bueno… yo a éste le doy un jarabe para la tos, dos tubitos de aspirina, que no le hacen mal a nadie y asunto terminado” -El siguiente, por favor.
  • El hoyo estaba lejos, Mauro Rugolin debía dar un gran golpe con destreza. Él sabía que era capaz, muchas veces había visto a Tiger hacer lo mismo. Esa tarde, una gran muchedumbre había ido a verlo y todos esperaban presenciar su magnífico drive. Separó sus pies exactamente como era debido. En perfecta sincronización, comenzó una rotación de hombros y cintura estabilizando un poco más la rodilla derecha. Primero, miró un instante su lejano objetivo mientras esbozaba una pequeña sonrisa de suficiencia. Continuó su impecable movimiento fijando con la vista la pequeña pelotita. Quedó inmóvil algunos segundos y con toda sus fuerzas… ¡asestó un terrible golpe levantando un enorme pedazo de tierra! La pelotita jamás fue encontrada, pero el pedazo de tierra fue a parar sobre la cabeza del árbitro, quien tuvo que ser hospitalizado con un formidable hematoma en el ojo izquierdo.
  • El hoyo estaba lejos, Mauro Rugolin debía dar un gran golpe con destreza. Él sabía que era capaz, muchas veces había visto a Tiger hacer lo mismo. Esa tarde, una gran muchedumbre había ido a verlo y todos esperaban presenciar su magnífico drive. Separó sus pies exactamente como era debido. En perfecta sincronización, comenzó una rotación de hombros y cintura estabilizando un poco más la rodilla derecha. Primero, miró un instante su lejano objetivo mientras esbozaba una pequeña sonrisa de suficiencia. Continuó su impecable movimiento fijando con la vista la pequeña pelotita. Quedó inmóvil algunos segundos y con toda sus fuerzas… ¡asestó un terrible golpe levantando un enorme pedazo de tierra! La pelotita jamás fue encontrada, pero el pedazo de tierra fue a parar sobre la cabeza del árbitro, quien tuvo que ser hospitalizado con un formidable hematoma en el ojo izquierdo.
  • Tres años atrás, cuando el famoso volcán islandés hizo erupción, sus cenizas taparon con más de 30 cm de espesor las inmensas extensiones del latifundio del Presidente Director General Richard John Goldsilver, dejándolo al borde de la bancarrota. Más de uno pensó que era el fin de su imperio, pero no contaban con la sagaz perspicacia y habilidad para los negocios del empresario. A este se le ocurrió envasar la ceniza y venderla como producto de alta calidad para pulir metales y también, mezclándola con aceite de almendras, creó una eficaz crema tonificante para la piel y la eliminación de arrugas. A raíz de eso su fortuna quintuplicó. Es más, ahora está ansioso esperando la próxima erupción.
  • Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium
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  • Figura de Pintor

    157.78 
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  • Al acusado se le imputaba un ataque a mano armada y el robo de dos gallinas y seis huevos. A pesar de que cuatro testigos declararon en su contra y de que se encontraron cientos de plumas en su casa, una cacerola con huesos de pollo y restos de tortilla en una vieja sartén, el ilustre abogado Mario Laus, tras un elocuente alegato, logró persuadir al jurado de la inocencia de su defendido y convencerlo de que el verdadero culpable era la sociedad. El detenido fue liberado ipso facto bajo una salva de aplausos provenientes del público que gritaba: "¡ Otra, otra!", lo que obligó al prestigioso magistrado a salir en numerosas ocasiones a saludar a la enfervorizada concurrencia.
  • En el Hospital de Rosario todo el personal masculino sufría de tortícolis. La dirección de la entidad decidió entonces realizar una minuciosa investigación y logró descubrir que la causa era el meneo de caderas de la Doctora Evangelina González, que con sus amplios escotes y vestidos ceñidos al cuerpo hacía torcer el cuello a todo el personal masculino, salvo a Toni, el enfermero, cuyo gusto por el sexo opuesto era toda una utopía. Las autoridades después de haber sugerido a la doctora más recato en su sugestivo andar y de que ésta hiciera caso omiso de ello, decidieron trasladarla a otra unidad. A los quince días no hubo más casos de tortícolis, tampoco médicos ni pacientes pues todos habían seguido a la doctora. El único que conservó su puesto fue Toni.
  • Figura de Juez

    249.00 

    “¡Su señoría, no puede usted condenar a un año de prisión a este pobre hombre por el robo de un caldo de gallina!” dijo el abogado defensor.

    “No, es verdad” contestó el Juez, “pero una vez que robó el caldo de gallina no tenía necesidad de pegarle con una botella de aceite a la anciana que lo había visto, ni de incendiar la estantería de sopas para eliminar sus huellas digitales, ni de secuestrar al vendedor del súper para tratar de huir y sobre todo no tenía ninguna necesidad de obligarlo a que se tragara el cubo de caldo para hacer desaparecer la prueba del delito…¡Si al menos le hubiera sacado la cajita!

  • En el Hospital de Rosario todo el personal masculino sufría de tortícolis. La dirección de la entidad decidió entonces realizar una minuciosa investigación y logró descubrir que la causa era el meneo de caderas de la Doctora Evangelina González, que con sus amplios escotes y vestidos ceñidos al cuerpo hacía torcer el cuello a todo el personal masculino, salvo a Toni, el enfermero, cuyo gusto por el sexo opuesto era toda una utopía. Las autoridades después de haber sugerido a la doctora más recato en su sugestivo andar y de que ésta hiciera caso omiso de ello, decidieron trasladarla a otra unidad. A los quince días no hubo más casos de tortícolis, tampoco médicos ni pacientes pues todos habían seguido a la doctora. El único que conservó su puesto fue Toni.
  • Sin stock
    Por tercera vez en el día, el Director del Colegio “Sagrado Corazón” vino de visita a la clase de la señorita Liliana Pérez, la maestra más atractiva de la escuela. Otra vez más los alumnos, poniéndose de pie y a todo pulmón, saludaron al señor director: “¡Buenos días, señor Director!”. “Está bien, está bien, ya es suficiente”, dijo este un poco molesto. “No… es que pasaba por el pasillo y pensé que podía necesitar algo. ¿No le hace falta una tiza, una chincheta, un tubito de cola?”. “No, gracias…muy amable de su parte”, contestó un poco ruborizada la joven. “Bueno, cualquier cosita que necesite, señorita Liliana, no dude en llamarme, ¿eh?”, dijo el director mientras salía de la clase. “¡Hasta luego, señor Director!”, gritaron los alumnos levantándose y haciendo caer algunos libros. “¡Bueno, bueno, está bien, está bien… basta de saludos!”, dijo el director un poco molesto mientras desaparecía por el pasillo.
  • Figura de Doctor

    319.00 
    El doctor José Batle era una eminencia. Sus diagnósticos, siempre acertados, habían salvado la vida a cientos de personas y le habían granjeado la admiración de la alta sociedad. Todo le sonreía en la vida hasta el día en el que llegó a su consultorio la actriz más famosa de Hollywood, la despampanante Marilyn Hayworth, que había sufrido una torcedura del dedo meñique. El doctor Batle hizo desvestir inmediatamente a la paciente para asegurarse de que no tenía secuelas en ninguna otra parte del cuerpo. Luego de un profundo y minucioso examen, comprobó… que se había enamorado profundamente de ella. La diva agradeció las atenciones prestadas y salió del consultorio dejando en el aire un sugestivo perfume de camelias. Desde ese día, el doctor Batle no hace más que pensar en la gran Marilyn y esperar que se tuerza otro dedo para poder practicarle un nuevo examen, más profundo todavía.
  • Chris era un tipo feliz, sin lugar a dudas, un triunfador. “¡El éxito sonríe a los exitosos!”, solía decirse a sí mismo. Su agenda de trabajo estaba siempre a tope. Cuando no estaba de viaje de negocios, se encontraba en su oficina dando órdenes, hablando con su móvil, enviando mensajes y e-mails o comprando y vendiendo acciones. Un hiperactivo.

    Cuando viajaba en avión lo hacía siempre en business class y gozaba de su estatus de VIP. Sólo usaba zapatos italianos a medida, trajes de paño inglés y camisas de la mejor calidad. Dormía tan sólo 4 horas por día, soñaba con la bolsa de valores y las stock-options. Se veía como el futuro director general de la empresa, hasta que un día… un ataque de estrés y una terrible crisis de nervios lo llevaron a replantearse su vida.

    Se compró una cabaña en la montaña, una hamaca para dos y de vez en cuando se dedica a cazar mariposas. HChris es realmente feliz.

  • Iustitia era la Diosa Romana de la Justicia. Su origen es del Griego Titan Themis, que fue un oráculo en Delphi, y llegó a ser conocido como un Dios de la justicia divina. Sus hijas Dike y Astrea también fueron conocidas como Diosas de la Justicia. Hay muchas versiones de la historia de Justitia, pero la mayoría de las veces es retratada llevando la Balanza de la Justicia en una mano, en la otra mano una espada y con los ojos vendados que simbolizan la justa administración del derecho sin corrupción, avaricia, prejuicio o protección en el sistema legal en el mundo occidental.  

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