• Iustitia era la Diosa Romana de la Justicia. Su origen es del Griego Titan Themis, que fue un oráculo en Delphi, y llegó a ser conocido como un Dios de la justicia divina. Sus hijas Dike y Astrea también fueron conocidas como Diosas de la Justicia. Hay muchas versiones de la historia de Justitia, pero la mayoría de las veces es retratada llevando la Balanza de la Justicia en una mano, en la otra mano una espada y con los ojos vendados que simbolizan la justa administración del derecho sin corrupción, avaricia, prejuicio o protección en el sistema legal en el mundo occidental.  
  • Iustitia era la Diosa Romana de la Justicia. Su origen es del Griego Titan Themis, que fue un oráculo en Delphi, y llegó a ser conocido como un Dios de la justicia divina. Sus hijas Dike y Astrea también fueron conocidas como Diosas de la Justicia. Hay muchas versiones de la historia de Justitia, pero la mayoría de las veces es retratada llevando la Balanza de la Justicia en una mano, en la otra mano una espada y con los ojos vendados que simbolizan la justa administración del derecho sin corrupción, avaricia, prejuicio o protección en el sistema legal en el mundo occidental.  
  • Iustitia era la Diosa Romana de la Justicia. Su origen es del Griego Titan Themis, que fue un oráculo en Delphi, y llegó a ser conocido como un Dios de la justicia divina. Sus hijas Dike y Astrea también fueron conocidas como Diosas de la Justicia. Hay muchas versiones de la historia de Justitia, pero la mayoría de las veces es retratada llevando la Balanza de la Justicia en una mano, en la otra mano una espada y con los ojos vendados que simbolizan la justa administración del derecho sin corrupción, avaricia, prejuicio o protección en el sistema legal en el mundo occidental.  
  • Iustitia era la Diosa Romana de la Justicia. Su origen es del Griego Titan Themis, que fue un oráculo en Delphi, y llegó a ser conocido como un Dios de la justicia divina. Sus hijas Dike y Astrea también fueron conocidas como Diosas de la Justicia. Hay muchas versiones de la historia de Justitia, pero la mayoría de las veces es retratada llevando la Balanza de la Justicia en una mano, en la otra mano una espada y con los ojos vendados que simbolizan la justa administración del derecho sin corrupción, avaricia, prejuicio o protección en el sistema legal en el mundo occidental.  
  • El mundo de la judicatura inspiró siempre al artista creador de la litografía en la que se inspira esta figura, Honoré Daumier. Jueces y abogados aparecen, muchas veces, como payasos o comediantes haciendo bromas entre sí sobre el pobre defendido de turno. Especialmente memorable es la situación que representa esta figura en la que un pomposo y estirado picapleitos, Robert Mcaire, comenta a su encogido y humilde defendido: "Habéis perdido el caso, es verdad... pero seguro que habéis disfrutado la defensa que os he hecho".
  • Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium
  • Al acusado se le imputaba un ataque a mano armada y el robo de dos gallinas y seis huevos. A pesar de que cuatro testigos declararon en su contra y de que se encontraron cientos de plumas en su casa, una cacerola con huesos de pollo y restos de tortilla en una vieja sartén, el ilustre abogado Mario Laus, tras un elocuente alegato, logró persuadir al jurado de la inocencia de su defendido y convencerlo de que el verdadero culpable era la sociedad. El detenido fue liberado ipso facto bajo una salva de aplausos provenientes del público que gritaba: "¡ Otra, otra!", lo que obligó al prestigioso magistrado a salir en numerosas ocasiones a saludar a la enfervorizada concurrencia.
  • Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium  
  • Iustitia era la Diosa Romana de la Justicia. Su origen es del Griego Titan Themis, que fue un oráculo en Delphi, y llegó a ser conocido como un Dios de la justicia divina. Sus hijas Dike y Astrea también fueron conocidas como Diosas de la Justicia. Hay muchas versiones de la historia de Justitia, pero la mayoría de las veces es retratada llevando la Balanza de la Justicia en una mano, en la otra mano una espada y con los ojos vendados que simbolizan la justa administración del derecho sin corrupción, avaricia, prejuicio o protección en el sistema legal en el mundo occidental.  
  • Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium
  • Con una leve sonrisa el fiscal miró al abogado defensor y dijo: – “No tiene ningún argumento para demostrar la inocencia de su defendido, absolutamente ninguno”. El abogado defensor extrajo lentamente un papel del bolsillo de su toga, miró al jurado y mostrando un test ADN dijo solemnemente: – “Aquí está la prueba”. En la sala se escuchó un “ohhh” de admiración.  
  • Durante su infancia, Vera Timmons, fue testigo de muchos actos delictivos. Un día vio como su vecino, Peter “el Pecoso”, riendo con sarcasmo, destrozó el osito de peluche de su amiguita Katherine. A la semana siguiente, el mismo Peter, armado de una piedra, rompió el cristal de la ventana de la señora Carrigan. Otro día, el mismísimo “Pecoso” robó un manojo de caramelos metiendo sus sucias manos dentro del frasco de golosinas de tía Mary. A pesar de que Vera lo había visto, todos dijeron que mentía y culparon a su hermanita de haber sido la autora del delito.

    La injusticia, eso fue, la injusticia de haber dicho la verdad y que nadie le creyera, lo que llevó a Vera Timmons a estudiar abogacía.

    Habiendo pasado los años y luego de una brillante carrera en la universidad, Vera estaba orgullosa de ejercer su tan deseada profesión. Lo único que nunca pudo comprender muy bien fue cómo el maldito Peter “el  Pecoso”, que se había dedicado a la política, llegó a ser Senador.

  • Honoré Daumier estaba familiarizado con el mundo de la profesión de Notario porque durante su juventud trabajó como empleado en el despacho de un abogado. Las zapatillas y el largo traje lujosamente adornado eran típicos de los notarios parisinos de la época, sedientos de dinero en aquellos días. Esta figura es una adaptación de uno de los estudios litográficos de Daumier de diferentes profesiones en la Francia del S. XIX. Cargado de sátira, se burla del Notario por su avaricia en un tiempo difícil para el proletariado francés. Forma parte de la Colección Movseion Parastone de adaptaciones en escultura de las famosas litografías del artista.  
  • Figura de Juez

    249.00 

    “¡Su señoría, no puede usted condenar a un año de prisión a este pobre hombre por el robo de un caldo de gallina!” dijo el abogado defensor.

    “No, es verdad” contestó el Juez, “pero una vez que robó el caldo de gallina no tenía necesidad de pegarle con una botella de aceite a la anciana que lo había visto, ni de incendiar la estantería de sopas para eliminar sus huellas digitales, ni de secuestrar al vendedor del súper para tratar de huir y sobre todo no tenía ninguna necesidad de obligarlo a que se tragara el cubo de caldo para hacer desaparecer la prueba del delito…¡Si al menos le hubiera sacado la cajita!

  • Al acusado se le imputaba un ataque a mano armada y el robo de dos gallinas y seis huevos. A pesar de que cuatro testigos declararon en su contra y de que se encontraron cientos de plumas en su casa, una cacerola con huesos de pollo y restos de tortilla en una vieja sartén, el ilustre abogado Mario Laus, tras un elocuente alegato, logró persuadir al jurado de la inocencia de su defendido y convencerlo de que el verdadero culpable era la sociedad. El detenido fue liberado ipso facto bajo una salva de aplausos provenientes del público que gritaba: "¡ Otra, otra!", lo que obligó al prestigioso magistrado a salir en numerosas ocasiones a saludar a la enfervorizada concurrencia.
  • Figura de Piloto

    319.00 
    Cada vez que el Comandante de a bordo Antonin Eyssette solicitaba algo, las azafatas se desvivían por complacerlo. Todas sucumbían al encanto de su personalidad, de su físico privilegiado y de sus dientes perfectos. Era capaz de hacer dos vuelos de larga distancia sin descansar y siempre fresco como una lechuguita. El único problema era que sus extremidades inferiores despedían un fuerte y penetrante olor a camembert. Eso a él no le afectaba en absoluto. Es más, cuando ponía el piloto automático, le encantaba quitarse los zapatos, colocar las piernas sobre el tablero y mover con placer los dedos de los pies diciendo: “¡Esto es vida! Mientras tanto, su copiloto, conteniendo una arcada, preparaba delicadamente la bolsita de mareo que siempre sabía tener al alcance de la mano.
  • Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium
  • Figura de Pintor

    180.88 
    Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium
  • Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium
  • “Doctora…¿me va a doler mucho?”, preguntó el paciente aterrorizado a Mariluz León, la odontóloga de la clínica “Happy Teeth”, quien, impaciente, estaba esperando con el torno en la mano. “¡Pero no, por favor, ni se va a dar cuenta!”,respondió la dentista tratando de calmarlo. “Mire, vamos a hacer una cosa, tenga este tubo de dentífrico en la mano y si le duele apriételo un poquito para calmarse”. La doctora puso en marcha el aparato y antes de introducirlo en la boca del paciente, éste apretó la pasta de dientes con tal fuerza que vació el tubo, salpicando el techo y dejando el rostro de la doctora como si le hubieran aplastado una tarta de crema.
  • “Doctora…¿me va a doler mucho?”, preguntó el paciente aterrorizado a Mariluz León, la odontóloga de la clínica “Happy Teeth”, quien, impaciente, estaba esperando con el torno en la mano. “¡Pero no, por favor, ni se va a dar cuenta!”,respondió la dentista tratando de calmarlo. “Mire, vamos a hacer una cosa, tenga este tubo de dentífrico en la mano y si le duele apriételo un poquito para calmarse”. La doctora puso en marcha el aparato y antes de introducirlo en la boca del paciente, éste apretó la pasta de dientes con tal fuerza que vació el tubo, salpicando el techo y dejando el rostro de la doctora como si le hubieran aplastado una tarta de crema.  
  • El sargento Germán Echeverría no temía el fuego. De niño le encantaba prender los cigarrillos a su padre, amaba ese olor tan particular del azufre que desprenden los fósforos al encenderse. Su madre le decía: “No juegues con fuego que te harás pipí en la cama”.

    En otoño se divertía haciendo grandes fogatas con sus amigos del barrio, le fascinaba tirar puñados de sal gruesa sobre las llamas para escuchar cómo crepitaban. Una noche, luego de haber quemado todas las hojas secas del jardín, soñó que estaba al lado de un gran árbol y de pronto le vinieron unas tremendas ganas de hacer pis, cosa que hizo tranquilamente y con gran placer. A la mañana siguiente al despertarse, tomó la decisión más importante de su vida: de ahora en adelante combatiría el fuego sin piedad. Hizo un curso de bombero y hoy es el jefe del cuartel de su barrio. Todos lo conocen bajo el apodo de “Fosforito”.

  • Durante su infancia, Vera Timmons, fue testigo de muchos actos delictivos. Un día vio como su vecino, Peter "el Pecoso", riendo con sarcasmo, destrozó el osito de peluche de su amiguita Katherine. A la semana siguiente, el mismo Peter, armado de una piedra, rompió el cristal de la ventana de la señora Carrigan. Otro día, el mismísimo "Pecoso" robó un manojo de caramelos metiendo sus sucias manos dentro del frasco de golosinas de tía Mary. A pesar de que Vera lo había visto, todos dijeron que mentía y culparon a su hermanita de haber sido la autora del delito. La injusticia, eso fue, la injusticia de haber dicho la verdad y que nadie le creyera, lo que llevó a Vera Timmons a estudiar abogacía. Habiendo pasado los años y luego de una brillante carrera en la universidad, Vera estaba orgullosa de ejercer su tan deseada profesión. Lo único que nunca pudo comprender muy bien fue cómo el maldito Peter "el Pecoso", que se había dedicado a la política, llegó a ser Senador.  
  • Basada en una litografía de Daumier, esta escultura es una adaptación fiel en tres dimensiones del original. Daumier describe en esta obra el intercambio de impresiones e informes legales entre dos abogados del siglo XIX. Daumier convirtió a los abogados en uno de los principales objetivos de sus grabados y pinturas; siempre serán representados por figuras cínicas e incluso endiosadas.

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  • Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium
  • Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium
  • Obra realiza por Parastone de su colección Profisti. Pieza singular que destaca por su acabado y numerosos detalles.   profisti-24.medium

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